En la recta final del juego, los ánimos en Gran Hermano están cada vez más caldeados y cualquier gesto individualista puede desatar una tormenta. Esta vez, el foco de la polémica fue el uso de la última porción de carne disponible en la casa, lo que derivó en un conflicto que enfrentó a gran parte del grupo con el tridente formado por Tato, Luz y Luchi.
Todo comenzó cuando Ulises descubrió una conversación de Tato, en la que intentaba pasar desapercibido para evitar a Selva mientras cocinaba carne. El participante no dudó en exponerlo frente a todos cuando quedaron encerrados en la habitación: “Yo comí fideos. Selva, nos cagas a pedos a nosotros y a los chicos que comen carne no les decís nada”.
Ulises escuchó a Tato queriendo ocultarse de Selva porque estaba usando la poca carne que tienen para todos y lo expuso cuando los encerraron en la habitación: “Yo comí fideos. Selva, nos cagas a pedos a nosotros y a los chicos que comen carne no les decis nada”#GranHermano pic.twitter.com/NWHFdEA8fE
— TRONK (@TronkOficial) May 9, 2025
Esta frase encendió la mecha de una serie de discusiones, donde se dejó en evidencia la molestia del grupo con los tres jugadores que decidieron prepararse los bifes sin consultar al resto. La tensión escaló rápidamente con un picante cruce entre Eugenia y Tato:
,
Tato: “Antes de mirar qué está haciendo el otro, está bueno mirar qué come uno también”
,
Eugenia: “Media cebolla para tres no es lo mismo que tres verduras para tres, ¿sos contador, me estás cargando? Vos sos el que comiste carne y te cagaste en el resto”
La casa siguió discutiendo y exponiendo la actitud “egoísta” del tridente: “Lo han hecho sabiendo que no habia un pingo pero se han querido dar el gustito, ese es el problema, y no estamos para darnos gustos”#GranHermano pic.twitter.com/hDo8WxMdfk
— TRONK (@TronkOficial) May 9, 2025
La conversación no tardó en subir de tono y dejó al descubierto una fuerte división en la casa. Mientras algunos defendían el derecho a cocinar lo que quisieran, otros apuntaron directamente al egoísmo y la falta de empatía. Uno de los comentarios que más resonó entre los presentes fue: “Lo han hecho sabiendo que no había un pin… pero se han querido dar el gustito, ese es el problema, y no estamos para darnos gustos”.
Este episodio dejó clara una cosa: la convivencia pende de un hilo. En un contexto donde cada recurso es limitado y compartido, las decisiones individuales tienen consecuencias colectivas, y en este caso, el tridente quedó en la mira por una jugada que, lejos de ser inocente, encendió la tensión dentro de la casa más famosa del país.
