Después de días de tensión y angustia, Lizy Tagliani decidió hablar públicamente sobre el difícil momento que atraviesa tras la denuncia mediática de Viviana Canosa. Aunque la polémica comenzó a perder espacio en la televisión, para Lizy el conflicto está lejos de haber terminado. Muy lejos.
Durante una charla en La Peña de Morfi con Mariana Brey y Diego Leuco, la conductora dejó ver cómo le afecta este tema, tanto en lo personal como en lo familiar. Todo surgió a raíz de una reflexión de Brey sobre discriminación en los medios, a lo que Lizy respondió con crudeza y sinceridad:
🗣️ “Yo estuve, estoy todavía, o sea, si bien en los medios parecería que bajó, es una de las cosas que me molesta mucho cuando la gente te cruza y me dice ‘esto son 5 días y después…’, no, son 5 días. Pueden ser cinco días en televisión, pero la herida queda y uno no tiene por qué hacer de cuenta que no pasó nada”, expresó Lizy, con el dolor aún a flor de piel.
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Más allá del enojo inicial, su nuevo descargo llegó desde un lugar distinto: la angustia. En ese marco, manifestó su necesidad de tener un espacio para contar su verdad, pero eligiendo bien dónde hacerlo.
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🗣️ “No tengo que hacer eso y no tengo por qué. Voy a seguir, y en algún momento me gustaría también sentarme y hablar. Uno también elige, no por simpatía, sino porque bueno con esta persona voy a poder hablar más, me va a dejar dar la respuesta, me va interrumpir menos o más. Es eso, sentirse cómodo”, reflexionó, dejando entrever que podría dar una entrevista para contar su versión completa.
Uno de los aspectos que más la angustian es cómo esta situación puede impactar en el juicio de adopción de su hijo Tati, algo que la tiene profundamente intranquila. Desde el primer momento, Lizy defendió su inocencia y aseguró que su prioridad es proteger a su familia.