“Te fuiste a volar. Hoy es un día triste”: dolor por lo que comunicó Rodrigo Lussich en sus redes

Hay momentos en la vida en los que el mundo se detiene, aunque siga girando. Eso le ocurrió a Rodrigo Lussich, quien atraviesa días de profunda tristeza tras la partida de Meche Portillo, una de las personas más importantes de su vida. Su ausencia dejó un silencio difícil de llenar, y el conductor decidió honrarla de la manera que mejor sabe: con palabras cargadas de emoción y memoria. En una fecha que hubiera sido celebración, él transformó el dolor en homenaje y abrió su corazón frente a miles de seguidores.

Un mensaje lleno de amor, nostalgia y heridas abiertas

En el día en el que Meche hubiese cumplido años, Rodrigo compartió un mensaje que conmovió a todos. “Feliz cumple, negrita, compañera del alma. Te fuiste a volar aires más puros poquitos días antes de tu cumple. Hoy es un día triste pero también es ir aprendiendo a ser felices recordándote en cada segundo en el que seguís estando conmigo. Hoy arreglaríamos para hacer una merienda, seguro. Me pasarías a buscar con tu auto, iríamos a un barcito que tuviera café de especialidad, porque tenías un paladar jodido para en café; odiabas el ‘agua de c*lo’ de esos bares de la ignominia”, escribió, describiendo ese ritual que compartían y que hoy se vuelve recuerdo.
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El conductor agregó más detalles de esas pequeñas manías que la hacían única: “Odiabas el café caliente. ‘Cortado, pero la leche que sea fría’, exigías. Y si no pasaba, que se agarre el cafetero. Charlaríamos, me mostrarías los escandalones que tenías en armado para mañana, me cagarías a pedos por varias cosas, le sacaríamos el cuero a un par, hablaríamos de todo y de nada, negarías tu edad (coqueta siempre) y te daría un abrazo de oso del que eras medio arisca pero llena de amor siempre”.
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Lussich también recordó el origen de esa amistad que marcó su vida para siempre. “Una tardecita de 1997 toqué el timbre de un taller de teatro, de comicidad para ser más preciso (y no fue casual que el humor nos uniera desde el minuto uno) y me abriste la puerta. Empezó nuestra historia, que tuvo varias etapas. Con el tiempo comenzaron nuestros rituales, el primero fue ir al cine los sábados, a la primera función en el Abasto. Cuando se estrenaba una peli por semana que valía la pena ver”, relató.
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El vínculo que construyeron fue mucho más que una amistad: fue familia. Rodrigo lo dejó claro en su dedicatoria: “Y desde esos tiempos hasta acá, te transformaste en una indispensable, en mi incondicional (y yo en el tuyo), viajamos, jugamos, reímos, nunca nos peleamos, y además trabajamos juntos un montón. Me dijiste que haga algo que voy a hacer pronto, así será. Hoy quiero abrazarte fuerte, pero abrazo también a Ale, a Neda y a Oli; tus amores, tu familia, tu equipo, tu manada, que te lloran y te extrañan en el cotidiano de la casa de Sánchez”.
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La despedida continuó con palabras que atraviesan: “Tu auto en la puerta, preguntas sin respuesta, mucha impotencia, mucha bronca, mucho dolor. A vos también te enojaría que te hayas ido así, sin avisar, tan de repente. Pero el humor negro que amabas dejaría lugar a un par de ideas o frases que nos costarían la cancelación. Puedo escribir los versos más tristes esta mañana. Elijo decirte feliz cumpleaños, Meche, y reír con vos de algo… ese instante mágico y fugaz como el vuelo de tu alma hacia el infinito”.


 

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