El gran show que Bautista Mascia, el ganador de Gran Hermano, planeaba dar en el emblemático Gran Rex no está teniendo la recepción esperada. A pesar de haber triunfado este verano con su hit “Ya no me duele“, la expectativa por su primer gran concierto ha quedado corta, generando preocupación tanto en su equipo como en las filas de Telefe, el canal que lo vio crecer tras su paso por el reality.
Con solo seis días restantes para el show, las ventas de entradas han sido mucho más bajas de lo esperado. Según las fuentes, Mascia aún no ha logrado vender ni la mitad de las localidades disponibles para el evento, algo que ha encendido las alarmas en la producción y en el canal.
Telefe, que había apostado fuerte por Bautista tras su paso por Gran Hermano, se ha visto obligado a tomar medidas inmediatas para evitar un fracaso rotundo en el show. Ante esta situación, el canal de las tres pelotas ha puesto en marcha un “Plan B“, que consiste en realizar sorteos y regalar entradas para llenar el prestigioso teatro y evitar que el vacío en las butacas se haga notar. A través de distintas estrategias de marketing, promociones y concursos, Telefe busca revertir la tendencia de ventas bajas, intentando reavivar el interés del público por asistir a este evento que originalmente se perfilaba como un éxito.
El caso de Mascia recuerda lo complejo que puede ser el salto del éxito televisivo a una carrera artística sólida. A pesar de haber cautivado al público dentro de la casa de Gran Hermano y de haber tenido un éxito radial con su canción, la venta de entradas para un show de esta magnitud parece haber demostrado ser un reto mayor de lo previsto.
El próximo fin de semana, la noche del Gran Rex será crucial para Bautista Mascia, quien deberá demostrar que su carrera va más allá de un fenómeno televisivo. Mientras tanto, Telefe sigue moviendo sus fichas, apostando a que el empuje mediático y los sorteos logren llenar el teatro y permitir que Bautista dé su show frente a un público completo.
La pregunta que muchos se hacen es si estos esfuerzos serán suficientes para revertir la situación o si, lamentablemente, el Gran Rex quedará como un recordatorio de lo difícil que puede ser mantener la fama una vez que se apagan las cámaras del reality.