La música tropical argentina atraviesa horas de profunda conmoción. Una de esas noticias que paralizan, que obligan a frenar y mirar hacia atrás, acaba de sacudir al ambiente artístico y a miles de seguidores. Una voz emblemática, de esas que marcaron una época y acompañaron incontables momentos de alegría, se apagó de manera inesperada, dejando un silencio difícil de explicar y aún más difícil de aceptar.
La confirmación llegó este viernes y generó un impacto inmediato: Martín Fernández, la voz original de Alazán, falleció tras sufrir un accidente cerebrovascular. Su partida sorprendió especialmente porque el cantante seguía en plena actividad, con shows recientes y una agenda que reflejaba la misma energía que lo caracterizó durante décadas. De hecho, su última presentación había ocurrido apenas días atrás, algo que hoy adquiere un valor profundamente simbólico para quienes lo siguieron siempre.
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Cuando se conoció su internación en terapia intensiva, la preocupación se expandió rápidamente. Las redes sociales se transformaron en un espacio de apoyo colectivo, con mensajes de esperanza, cadenas de oración y palabras de aliento constantes para su familia y seres queridos. En medio de ese clima cargado de angustia, desde el entorno del artista compartieron un mensaje breve pero cargado de emoción: “Gracias por estar y por tanto cariño a Martín”.
Dolor por la muerte de Martín Fernández, el vocalista de Alazán
El golpe es fuerte porque no se va solo un cantante, sino una parte esencial de la historia de la movida tropical. Martín Fernández fue una pieza clave del éxito de Alazán, una banda que logró atravesar generaciones y convertirse en banda sonora de innumerables noches. Temas como “Cuéntale”, “Lástima que no fui yo” y “Solo una oportunidad” siguen sonando y despertando recuerdos imborrables en quienes crecieron al ritmo del género.

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Tras conocerse la noticia, los homenajes no tardaron en multiplicarse. Músicos, productores, colegas y fanáticos inundaron las redes con mensajes de despedida, destacando “su voz inconfundible y su legado dentro de la música tropical argentina”. Aparecieron anécdotas de escenarios compartidos, agradecimientos sinceros y recuerdos cargados de nostalgia, todos unidos por el mismo sentimiento de pérdida.
En cada mensaje se repite una certeza: Martín Fernández dejó una huella imborrable. Aunque su ausencia duele, su música seguirá sonando en cada fiesta, en cada reunión familiar y en cada recuerdo que se active con una canción. Se fue el artista, pero queda el legado, ese que convierte a las grandes voces en eternas.