La vida de los artistas está llena de luces y sombras, y Darío Barassi, uno de los conductores más queridos de la televisión argentina, ha tenido que enfrentar una profunda tristeza en medio de su éxito. En una reciente entrevista, Barassi abrió su corazón y compartió su experiencia tras la pérdida de su madre, revelando cómo este acontecimiento ha impactado su vida personal y profesional. Su testimonio es un recordatorio de que, detrás de la risa y el carisma, existen emociones que pueden ser difíciles de manejar.
«Me estoy muriendo»: dolor infinito por lo que comunicó Darío Barassi. No hay dudas de que Darío Barassi es uno de los conductores más aclamados de la televisión argentina, no solamente por su talento, sino también porque es uno de los más queridos por el público. Siempre con el corazón abierto, en una reciente entrevista el actor se sinceró sobre el difícil momento que atraviesa tras el fallecimiento de su madre.
En conversación con Catalina Dlugi para Agarrate Catalina (La Once Diez), Darío Barassi habló de su madre Laura, quien falleció en noviembre del año pasado, y reveló cómo le afectó físicamente. «Estuve aterrorizado, sobre todo por mi trabajo de actor, de conductor, todo. Emocionalmente me considero inteligente, pero cuando no puedo procesar algo, el cuerpo me pasa factura”, comenzó.
“El cuerpo me dice que no se puedo ser el mejor padre, el mejor marido, el mejor conductor. Ahora estoy viendo lo de mis cervicales, estoy mejor de las dos cosas igual. Cuando tuve la cirugía de la voz ahí empezó a decantar el duelo de mi madre. Estoy en un proceso de soltar, de abrazar y seguir”, manifestó sobre las dos internaciones que tuvo este año.
“Yo me río de mi cuerpo, me río de las situaciones, y con la ausencia de mi mamá todavía no puedo hacer humor. Está bien, es respetable. Pasó muy poco tiempo. Yo no lo vivo como una responsabilidad. La gente me dice ‘tenés que trabajar menos, tenés que aflojar’ y la verdad que el trabajo para mí es sanador. Soy un apasionado y un agradecido. Como actor tengo ofertas de series y de películas. Como conductor, por suerte, es exitoso el formato y eso es gratificante”, continuó.
“Naturalmente soy un tipo empático y social y cuando no puedo salir al mundo tengo un refugio que es mi casa, la verdad que estuve anidando. Yo cuando no quiero salir al mundo, tengo mi hogar y estoy chocho también. Fueron tres semanas que tuve que parar un poco. Necesité tiempo para estar con mi mujer y mis hijas porque no estaba para cumplir con la demanda de mi laburo. No porque no podía con mi laburo, sino porque necesitaba más de mi hogar”, expresó Barassi.
“Por las cervicales no podía conducir. Me mareaba y había que parar. Cada vez que me sentaba la gente de las tribunas se rezaba un padre nuestro. Entonces dije ‘basta’ porque toda esta gente cree que me estoy muriendo. La verdad que no sé bien qué me pasa con el tema de la angustia por el dolor de mi madre y las redes sociales. Siento que es un proceso tan particular, tan individual, tan difícil”, manifestó.
«Una persona muy inteligente, que es el dueño de la productora, Diego Gebel, me dijo en un momento: ‘Mirá gordo, la clara evidencia de que es un duelo que no tenés del todo procesado es que no hacés humor con el tema’. Y es verdad. Yo me río de mi cuerpo, me río de los defectos, me río de las situaciones, me río de los participantes, digamos. El límite del humor siempre lo pone el otro.» cerró el conductor.
A través de su testimonio, Darío Barassi nos invita a reflexionar sobre la importancia de procesar el duelo y cómo, a veces, el trabajo puede ser una forma de sanación. Su sinceridad no solo lo hace más humano ante los ojos de su audiencia, sino que también resalta la complejidad de las emociones que todos enfrentamos en momentos difíciles.