La noticia de su partida generó un sacudón emocional en el mundo del espectáculo, el deporte y los medios.
Alejandra “Locomotora” Oliveras, reconocida por su fuerza, su carácter y su historia de vida,
falleció el pasado lunes 28 de julio tras varios días de internación por un ACV en Santa Fe.
Su legado como boxeadora y figura de la televisión quedó impregnado en los corazones de quienes la conocieron de cerca y del público que la admiró desde la pantalla.
Una mujer imparable que inspiró a todos
Beto Casella, conductor de Bendita, uno de los programas en los que Locomotora participó con su sello distintivo, le rindió un sentido homenaje en vivo. Emocionado, recordó el impacto positivo que generaba en su entorno, especialmente en sus últimos tiempos: “Ella fue compañera nuestra, después le salieron otras obligaciones y ya no pudo venir, pero también estuvo en la radio”, comenzó diciendo el conductor, y luego completó una descripción que resume su esencia:
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“Y en los últimos tiempos era una versión fabulosa de ella misma, porque hacía entrenar a la gente,
la hacía bailar, le insuflaba ganas de vivir a la gente que tenía el ánimo caído”.
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Casella también recordó con admiración el camino personal que recorrió Oliveras: “Una mujer que había sufrido tanto en su vida, en lo personal, con un embarazo muy jovencita,
padeció violencia y también desengaños amorosos. Ella era de un origen muy humilde y con el boxeo consiguió cosas importantes, pero después encontró esta nueva veta donde era muy exitosa y querida por la gente. Está lleno de posteos de personas que la recuerdan”.
El homenaje no quedó ahí. Guido Kaczka, al presentar al Roña Castro en su programa, también dedicó unas palabras llenas de cariño y humor a su manera. Recordó con ternura y risas el día que Locomotora lo motivó a soltar las piñas sin miedo: “Me decía ‘pero pegá, pegá maricón. Vos sos muy bueno con el bla, bla, pero pegá’,
me agarró en el pasillo”, relató, entre risas y emoción.
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Y agregó otro recuerdo que pinta a la perfección la energía arrolladora de Alejandra: “Dale, sacá, porque siempre estás ahí contenido, sacá lo que tenés, que vos sos bueno, pegá, pegá”. Como si eso no bastara, Guido compartió un instante más íntimo de su breve “entrenamiento” con ella: “Así, quiero que me duela, quiero que me duela”, le dijo Locomotora, exigiendo intensidad, vida, fuego, como en cada paso que dio.
Hoy, su ausencia deja un vacío inmenso, pero su historia, su lucha y su energía contagiosa vivirán por siempre en los que la vieron pelear arriba del ring y en la vida. Porque Locomotora Oliveras no solo fue campeona en boxeo: fue campeona del coraje, de la superación y del amor por el prójimo.