En los últimos días, el estado crítico de Alejandra “Locomotora” Oliveras mantiene en vilo a millones de argentinos. La ex campeona mundial de boxeo, que actualmente se encuentra internada en terapia intensiva en el Hospital José María Cullen de Santa Fe, lucha por su vida mientras se multiplican las especulaciones sobre las posibles causas de su grave cuadro de salud. A los 47 años y con un estilo de vida aparentemente saludable, su accidente cerebrovascular (ACV) tomó por sorpresa a todos.
La polémica detrás del ACV: ¿fue una cirugía estética?
La conmoción por el estado de Oliveras generó un sinfín de teorías sobre lo que pudo haber causado este desenlace. Pero una versión en particular encendió todas las alarmas. La periodista Amalia Díaz Guiñazú, en el programa Mujeres Argentinas, lanzó una hipótesis que dejó atónito al panel: “Esto es información exclusiva porque ayer hablamos con gente de Santa Fe”, comenzó diciendo, y luego explicó:
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“Lo que nos contaban era que Locomotora se había hecho hacía tan solo un mes una operación de mamas y además una abdominoplastía o una liposucción. Lo importante es que hubo un traspaso lipídico. Es decir, le pasaron grasa del abdomen a las mamas, lo que detrás de bambalinas se decía entre los médicos en los pasillos es que quizás algo de grasa podría no haberse filtrado bien en las mamas y podría haber entrado en el torrente sanguíneo y de alguna manera provocado esta obstrucción. ¿Esto es posible o son solamente dichos que había por ahí? Porque da justo la casualidad que ella se había operado, y la familia está con ganas de iniciar acciones legales”.
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La versión fue tan impactante como cuestionada. La periodista Silvia Fernández Barrio aportó otro dato inesperado: “Ella a los 17 años había sufrido ya un ACV, ¿Puede tener algo que ver?”, preguntó.
Sin embargo, fue el médico Fernando Cichero quien intentó poner claridad y desmentir ambas conjeturas: “17 años… 40 años después no tiene ninguna relación el accidente que tuvo primero. Segundo tema: no incentiven a la gente a hacer barbaridades. Cuando uno hace una liposucción, la grasa entra en el torrente sanguíneo pero vuelve por las venas a los pulmones. No pasa por los pulmones, va al circuito arterial y va al cerebro. ¡No hay que decir barbaridades! Sí puede pasar que una persona que se hace una liposucción tenga un trombo embolismo pulmonar, pero jamás va a tener un ACV. Descártelo y el que lo dijo no tiene la mínima información médica. No hay que tratar así a la gente porque es un error groserísimo lo que se ha dicho”.
Mientras tanto, la situación médica es delicada. El doctor Martín Carrizo, jefe de la unidad en la que permanece Oliveras, reveló con gran pesar que la paciente presenta “daño cerebral irreversible”. Aunque continúa conectada a una máquina que mantiene sus funciones vitales, el panorama es sumamente complejo y solo un milagro podría revertirlo.
Hoy, el país entero se une en un mismo deseo: que la Locomotora, esa mujer que peleó batallas dentro y fuera del ring, logre salir adelante una vez más. Pero entre tanto dolor, también surgen debates necesarios sobre la desinformación médica, los límites del espectáculo y el respeto por el momento de quienes sufren.