Lucila «la Tora» Villar fue la última concursante eliminada de Gran Hermano, programa conducido por Santiago del Moro en Telefe y que está a punto de finalizar en los próximos días. Conocida por su fuerte temperamento, la amiga cercana de Nacho Castañares visitó el programa «LAM«, conducido por Ángel De Brito en América, donde se le preguntó sobre su tensa relación con Romina Uhrig. Antes de ser expulsada por el voto telefónico del público, la joven de Berazategui tuvo algunos roces y desacuerdos con la exdiputada debido a sus personalidades fuertes y liderazgos marcados, lo que hizo que la convivencia fuera cada vez más difícil.
Después de salir del programa, «la Tora» parecía haberse dado cuenta de que la calidad de vida de la madre de Mía, Felicitas y Nina era mucho mejor de lo que ella contaba dentro de la casa, lo que la hizo estallar de rabia al sentirse engañada. «¿Es real que no vive tan mal como cuenta? Porque la versión de adentro de la casa es que tiene su auto 3008 0km y que hace uñas en una casa que le alquila la pareja, y que ahora cuando saliera la tenía que volver a alquilar y ahí tenía que ver ella cómo hacía«, dijo Villar. Además, aseguró haber escuchado que Romina «tenía casas en todos lados y que, en realidad, no estaba separada».
Nazarena Vélez, una de las panelistas del programa, intervino y le reveló a Villar que Uhrig había hablado mucho sobre su relación con su madre y que había dicho que ella la trataba mal. Villar fue contundente al responder: «Bueno, estaría bueno que después hablen con ella de la relación con su mamá, porque sé que no es la mejor y te puedo asegurar que la mía es un poquito mejor».
Finalmente, después de confesar que su madre no quería ingresar al programa de convivencia, la joven recientemente eliminada de GH se disculpó diciendo: «Mi mamá es lo que más amo en el mundo, pero por supuesto no tengo la relación perfecta porque no soy perfecta».
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