El fallecimiento de Alejandra “Locomotora” Oliveras conmovió a todo el país. La exboxeadora, símbolo de lucha y superación, murió el lunes 28 de julio a los 47 años tras sufrir un ACV. Pero el dolor de su familia no terminó ahí: sus hijos, Alexis y Alejandro, enfrentaron una experiencia desgarradora en medio del duelo, a raíz de una denuncia inesperada que truncó sus planes de despedida.
“La pusieron en una mesa. Le pusieron un precinto”: el crudo testimonio de sus hijos
Luego del fallecimiento, los hijos de Oliveras habían decidido cumplir el deseo de su madre de ser cremada. Sin embargo, una denuncia presentada por Aldo Parodi por presunto consumo impidió avanzar con el procedimiento. Esto obligó a que el cuerpo fuera trasladado a la morgue, generando un trámite doloroso e innecesario para sus seres queridos.
En una entrevista este jueves en A la Barbarossa (Telefe), los hijos relataron la angustia que vivieron: “Hubo un proceso que no tendríamos que haber hecho. Tuvimos que ir a la morgue a reconocer el cuerpo después del velorio. La pusieron en una mesa. Le pusieron un precinto”, confesó Alejandro, visiblemente afectado.
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Por su parte, Alexis sumó con impotencia: “La tuvieron que sacar del cajón. El cajón ya estaba atornillado”, detalló, revelando lo traumático que fue tener que revivir la despedida de su madre en esas condiciones.
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Finalmente, el joven pidió respeto por su madre y que se respete lo que ella quería: “El cuerpo está en la morgue, en una heladera para que se mantenga el cuerpo. Esto es doloroso”, expresó, sin poder ocultar su sufrimiento.
URGENTE: Hablan los hijos y el abogado de la Locomotora 😔
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— telefe (@telefe) July 31, 2025
Este triste episodio deja en evidencia cómo una situación burocrática puede convertir el duelo en una experiencia aún más difícil. La familia Oliveras solo busca paz y que se cumpla el último deseo de quien fue, en vida, una verdadera campeona.
El desgarrador dato que dio Beto Casella sobre la Locomotora Oliveras tras su fallecimiento: “En el último tiempo era…”
La noticia de su partida generó un sacudón emocional en el mundo del espectáculo, el deporte y los medios.
Alejandra “Locomotora” Oliveras, reconocida por su fuerza, su carácter y su historia de vida,
falleció el pasado lunes 28 de julio tras varios días de internación por un ACV en Santa Fe.
Su legado como boxeadora y figura de la televisión quedó impregnado en los corazones de quienes la conocieron de cerca y del público que la admiró desde la pantalla.
Una mujer imparable que inspiró a todos
Beto Casella, conductor de Bendita, uno de los programas en los que Locomotora participó con su sello distintivo, le rindió un sentido homenaje en vivo. Emocionado, recordó el impacto positivo que generaba en su entorno, especialmente en sus últimos tiempos: “Ella fue compañera nuestra, después le salieron otras obligaciones y ya no pudo venir, pero también estuvo en la radio”, comenzó diciendo el conductor, y luego completó una descripción que resume su esencia:
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“Y en los últimos tiempos era una versión fabulosa de ella misma, porque hacía entrenar a la gente,
la hacía bailar, le insuflaba ganas de vivir a la gente que tenía el ánimo caído”.
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Casella también recordó con admiración el camino personal que recorrió Oliveras: “Una mujer que había sufrido tanto en su vida, en lo personal, con un embarazo muy jovencita,
padeció violencia y también desengaños amorosos. Ella era de un origen muy humilde y con el boxeo consiguió cosas importantes, pero después encontró esta nueva veta donde era muy exitosa y querida por la gente. Está lleno de posteos de personas que la recuerdan”.
El homenaje no quedó ahí. Guido Kaczka, al presentar al Roña Castro en su programa, también dedicó unas palabras llenas de cariño y humor a su manera. Recordó con ternura y risas el día que Locomotora lo motivó a soltar las piñas sin miedo: “Me decía ‘pero pegá, pegá maricón. Vos sos muy bueno con el bla, bla, pero pegá’,
me agarró en el pasillo”, relató, entre risas y emoción.
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Y agregó otro recuerdo que pinta a la perfección la energía arrolladora de Alejandra: “Dale, sacá, porque siempre estás ahí contenido, sacá lo que tenés, que vos sos bueno, pegá, pegá”. Como si eso no bastara, Guido compartió un instante más íntimo de su breve “entrenamiento” con ella: “Así, quiero que me duela, quiero que me duela”, le dijo Locomotora, exigiendo intensidad, vida, fuego, como en cada paso que dio.
Hoy, su ausencia deja un vacío inmenso, pero su historia, su lucha y su energía contagiosa vivirán por siempre en los que la vieron pelear arriba del ring y en la vida. Porque Locomotora Oliveras no solo fue campeona en boxeo: fue campeona del coraje, de la superación