Joaquín Furriel confirmó el problema de salud que le diagnosticaron a sus 50 años: “Desde el año pasado empecé a…”

A sus 50 años, Joaquín Furriel decidió hablar sin filtros sobre algo que muchas veces se oculta detrás del brillo de la fama: su salud mental. Aunque su nombre está asociado al éxito en la actuación y al romance con figuras como Guillermina Valdés, esta vez el actor eligió mostrarse desde otro lugar, mucho más íntimo y real.

Furriel se abrió en una entrevista con Infobae y dejó al descubierto una problemática que lo atraviesa profundamente: la ansiedad. Este trastorno, que afecta a millones de personas en todo el mundo, lo llevó incluso a manifestaciones físicas. “La salud mental es uno de los grandes miedos. Desde el año pasado empecé a tratar de ver dónde estaba mi ansiedad, por qué trabajaba tanto, por qué algo que para mí es vocacional, cómo puedo convivir con mi vocación y ver si también puedo encontrar una vocación en mi vida por fuera de la actuación”, comenzó expresando el actor, dejando en claro que está en un proceso de transformación personal.
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Ese proceso introspectivo lo llevó a repensar su vínculo con el tiempo, el trabajo y hasta con sus emociones. “La ansiedad siempre es un problema. Lo que te genera la ansiedad, es que cuando vos estás en una zona más de vacío, que no tenés nada de qué agarrarte, te agarra casi taquicardia, te empezás a poner no solamente ansioso, sino intolerante con el tiempo”, confesó. Sus palabras retratan con crudeza el estado que atravesó, un torbellino emocional que fue ganando espacio en su cuerpo.

En ese marco, Furriel contó que llegó a experimentar episodios complicados, aunque por suerte logró contenerlos: “Esa taquicardia apareció, sí. No llegaron a ser ataques de pánico, pero sí ataques de infidelidad, de tristeza. Claro, ahí te aparece un temor. Los tiempos que vivimos tampoco cooperan mucho”, relató con total sinceridad. La frase deja entrever la carga emocional que implicó atravesar esta etapa, pero también su valentía para contarlo.
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Además, el actor no dejó afuera el contexto social actual, que, según él, potencia este tipo de padecimientos: “Son tiempos de muy poca empatía, hay mucha violencia, en muchos aspectos y genera mucha ansiedad en el mundo que estamos viviendo”, sentenció con preocupación.

Furriel no solo le puso voz a su lucha interna, sino que también se convirtió, sin quererlo, en un faro para quienes transitan batallas similares. Su testimonio sincero y sin eufemismos ayuda a poner en agenda una realidad que suele callarse: la de aquellos que, incluso en la cima, también tienen momentos en los que el alma necesita pausa.

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