La ausencia de Jorge Lanata sigue resonando en el mundo del periodismo y en el corazón de quienes lo conocieron. A un mes de su fallecimiento, el programa Intrusos, conducido por Marcela Tauro, le dedicó un sentido homenaje en el que se recordaron momentos de su vida y se compartieron testimonios cargados de emoción.
«Hace un mes, no puedo creer. Un mes de que se fue Jorge Lanata», expresó conmovida Tauro, marcando el inicio de una charla que llevó a la pantalla el dolor de aquellos que fueron cercanos al periodista. Entre ellos, Gabriel Levinas, uno de sus grandes amigos, quien no ocultó su tristeza: «Horrible, fue duro. Yo tuve hasta el último momento la esperanza de que saliera adelante».
Levinas recordó con detalle los difíciles momentos que atravesó Lanata en sus últimos días: «Muchas veces lo hizo. Cuando se fue del lugar de rehabilitación al Italiano… ya está. Se empezó a desmoronar, se fue. Peleó, tuvo momentos donde estaba inconsciente, sedado. Él tenía varias condiciones que hacían que tuviera momentos de delirio. Tenía diabetes, problemas en el riñón, estaba con morfina. Eso lo hacía no estar consciente».
El impacto de su ausencia también se siente en el ámbito laboral. Marcela Tauro compartió una reflexión sobre lo que significa seguir adelante sin Lanata: «Hace 15 días falleció un compañero nuestro. A mí me pasa que lo veo cuando trabajo, es como si estuviera todavía su alma acá. ¿A vos te pasa eso con Lanata?». La respuesta de Levinas fue sincera y nostálgica: «Me viene pasando desde que estaba mal. Se lo extraña en el programa, lo extraño en las conversaciones que teníamos entre nosotros».
A pesar del dolor, Levinas rescató la esencia del legado de su amigo: «Pero al mismo tiempo, hay una cosa que se parece mucho a lo que me pasó cuando falleció mi viejo. Mi recuerdo es de sólo cosas lindas, alegres».
En medio de la charla, Karina Iavícoli tocó un tema delicado: «Con este arreglo que hay hoy… ¿cómo se llegó? Me parece maravilloso, más allá de que Jorge lamentablemente ya no está en este plano. ¿Cómo se llegó? ¿Alguien intervino?». Levinas, con firmeza, dejó en claro su postura: «Yo había hecho un convenio con tu productora de que no iba a hablar de eso. No es un tema en el que yo me metí, ni una sola vez. Todo lo que pueda ser paz o por lo menos discreción, me parece perfecto, maravilloso, es el mejor homenaje de Jorge».
El vacío que dejó Lanata es irremplazable, pero su huella en el periodismo y en quienes lo conocieron sigue viva. Su recuerdo permanece, tanto en quienes compartieron con él el día a día como en la audiencia que lo siguió durante años.
