La partida de Gerardo Rozín marcó un antes y un después en el mundo del espectáculo en Argentina. Su inesperado fallecimiento el 11 de marzo de 2022, a la edad de 51 años, dejó una profunda huella en todos aquellos que lo admiraban y respetaban. Rozín, quien había sido diagnosticado con un tumor cerebral un año antes, enfrentó su situación con una notable discreción, manteniendo en privado una batalla que impactó a todos.
Desde su puesto en La Peña de Morfi (Telefe), Rozín demostró su amor por la televisión y su pasión por conectar con la gente, manteniendo su compromiso con el programa hasta sus últimos momentos. Su calidez y carisma no solo lo convirtieron en un referente del entretenimiento, sino que también lo hicieron querido por colegas y seguidores por igual. Tras su fallecimiento, se supo que pasó sus últimos instantes rodeado de sus seres queridos, a quienes tuvo la oportunidad de despedir.
Recientemente, Roberto Moldavsky, uno de sus colegas más cercanos, compartió una de sus últimas charlas con Rozín, revelando la profundidad de su amistad. Moldavsky recordó: “Él estaba en el Fleni, recibiendo una atención excepcional. Luego de un mes fuera de la televisión, volvió y me dijo algo que me dejó helado. Todos estábamos felices de su regreso, pero él fue muy claro: ‘Poli, gané el partido, pero el campeonato lo pierdo’.” Estas palabras, llenas de sinceridad, reflejan la valentía de Rozín al afrontar su enfermedad.
El recuerdo de Rozín permanece vivo en la memoria de aquellos que lo conocieron. Moldavsky, con la voz entrecortada, recordó cómo se convirtió en un amigo entrañable: “Rozín se convirtió en mi gran amigo de la vida, padecí muchísimo. A él le gustaba mucho comer afuera, me lo cargué literalmente porque decía ‘yo voy’ y dije no, vamos. Y después al otro día almorzamos en su casa y me dijo: ‘¿Sabés que nos estamos despidiendo, no?’, y le dije: ‘Sí, sé’.”
La conexión entre ambos era tan fuerte que incluso compartieron momentos de humor en medio de la tristeza. Moldavsky continuó: “Me dijo: ‘¿Me vas a extrañar hijo de p…?’. Esa frase, literal, le dije: ‘Obvio te voy a extrañar, boludo’”. El vínculo entre ellos se profundizó aún más cuando Rozín tomó la difícil decisión de dejar de lado su tratamiento médico.
Un último Gol
La historia se tornó aún más conmovedora cuando Moldavsky relató un mensaje que Rozín le dejó después de un partido de fútbol: “Al otro día juega Central, su equipo, y hace un gol. Y cuando termina el partido, él me deja un audio que me lo guardé, y me dice: ‘Por estas cosas quisiera seguir vivo’.” Fue un testimonio de su amor por la vida, el deporte y la conexión que mantenía con aquellos que lo rodeaban.
La despedida final llegó rápidamente, y Moldavsky reflexionó: “Ahí nos despedimos, en esa charla, y a los dos días se fue. Yo me fui de viaje al otro día, y me llamó Micaela, que era su asistente y hoy es mi pareja, mirá hasta donde atraviesa Rozín mi vida”. La profunda tristeza de su partida fue acompañada por el reconocimiento del legado que dejó en la vida de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo.
Gerardo Rozín no solo fue un conductor excepcional, sino también un amigo leal y un ser humano admirable. Su memoria sigue viva en cada anécdota compartida y en el cariño que dejó en su paso por el mundo del espectáculo. A medida que recordamos su vida, celebramos su legado y el impacto que tuvo en la vida de tantas personas.