En el mundo del espectáculo, hay rupturas que sorprenden… y otras que simplemente confirman lo que ya muchos intuían. La relación entre Javier Milei y Yuyito González parecía destinada a los titulares, pero este lunes 21 de abril, lo que comenzó como un rumor terminó siendo confirmado por la propia conductora: se separaron. Lo curioso no es solo el fin del vínculo, sino la teoría que empezó a circular sobre cómo y cuándo suceden estas rupturas.
El dato no pasó desapercibido: Fátima Florez, la expareja del presidente, también anunció su separación un 13 de abril, al igual que González. ¿Coincidencia? Para algunos, no tanto.
“Contratos emocionales”, separaciones sincronizadas y rumores detrás del telón
Todo explotó en Intrusos, donde los periodistas se animaron a ir más allá de la noticia básica. Adrián Pallares reveló que “Cuentan gente muy cercana a ella, que desde el domingo pasado, de la semana pasada, se habrían separado. El 13 de abril, hoy lo anuncian, aparentemente fue”, en referencia al día en que Yuyito y Milei pusieron punto final.
Pero fue Paula Varela quien, entre risas y con ironía, lanzó una de las frases más resonantes del día: “O sea, son como contratos anuales… digo, contratos emocionales”. El comentario encendió la polémica. ¿Podría ser que estas relaciones estuvieran más programadas de lo que imaginamos?
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El silencio de Milei hasta el momento no ayuda a despejar las dudas. Mientras tanto, Amalia “Yuyito” González transita días difíciles, y en los medios ya se especula sobre la existencia de una tercera persona que habría influido en la ruptura. Pero lo cierto es que todo sigue siendo una nebulosa, con más preguntas que respuestas.
Según Intrusos, Milei y Yuyito González se separaron el domingo 13 de abril: “También se separó de Fátima Flórez un 13 de abril. Son como contratos anuales”. https://t.co/Pf9RdnO4Pa pic.twitter.com/Rv6B4FtvnU
— MDZ Online (@mdzol) April 21, 2025
En un lunes atravesado por noticias impactantes, esta separación se robó buena parte de la atención, no solo por los protagonistas, sino por la sospecha de que, en la política y el espectáculo, ya no existen las casualidades.