“Padezco esta enfermedad”: conmoción en el medio por lo que confirmó una ex participante de Gran Hermano

En el mundo de la televisión, hay momentos en los que la pantalla deja de ser puro entretenimiento y se transforma en un espacio real, humano, crudo. Eso fue exactamente lo que ocurrió en “LAM”, el programa de Ángel de Brito en América TV, cuando Catalina Gorostidi, exparticipante de Gran Hermano, se sentó frente a las cámaras y habló con el corazón en la mano.

Lejos del juego y las estrategias, Catalina abordó un tema delicado: el trastorno alimenticio con el que convive desde hace años. Y lo hizo con firmeza, pero también con dolor. En sus palabras se notó la angustia de quien se siente expuesta por otros, incluso por los más cercanos.

Una historia que va mucho más allá de la televisión

La ex “hermanita” no tardó en manifestar su enojo por la exposición mediática de su situación personal. “Yo estoy enojadísima con mi papá porque salió a hablar de mis cosas… ni hablar de quien fue mi novio. Es un problema de salud mío, no tienen que sentarse en un programa de televisión a hablar de mi vida privada”, disparó sin filtros.
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Catalina apuntó directamente contra los comentarios fuera de lugar y remarcó lo innecesario de ciertas expresiones que circularon. “Es innecesario decir ‘era puro hueso’. Una cosa es mi papá, de última, y otra mi expareja. Es una enfermedad que yo tengo desde hace un montón de años. De última decido contar yo lo que tengo. A mí me encanta la casa de Gran Hermano, estaba en tratamiento y lo seguí adentro de la casa”, reveló.
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En un relato tan valiente como estremecedor, la joven recordó cómo la producción del reality le brindó apoyo en momentos clave: “Yo cuando entré la producción me aseguró que si yo necesitaba algo me iban a cuidar, que si no comía me iban a sacar volando de la casa. En un momento no teníamos más leche, yo dije que necesitaba y me la dieron”.

Pero además, destacó la contención que encontró en sus compañeros dentro del juego: “Mis compañeros estaban re atentos. Yo esta enfermedad la cargo desde los 17 años, tengo 33. Yo ahora recibo comentarios de que estoy gorda. ‘Estás gorda, cómo vas a aumentar tanto de peso, gorda asquerosa’, me dicen. Yo me sentía muy oscura, por eso decidí entrar a la casa”, expresó con crudeza.
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Su participación en Gran Hermano no fue solo una aventura televisiva, sino una especie de renacer. Catalina lo explicó así: “Entrar a la casa fue una segunda oportunidad, la pasé superbien, conocí gente re linda que me superayudó. Me ayudaron. Es por momentos… yo me empiezo a pesar y empiezo a dejar de comer. A mí nunca me dejaron tener balanza, yo me la compré a escondidas. Es la enfermedad que tengo y padezco”.

 

Este testimonio, tan íntimo como valiente, no solo visibiliza un problema real, sino que también muestra que detrás de cada figura pública hay una persona que lucha en silencio. Catalina eligió romper ese silencio y convertirlo en un grito de conciencia.

 

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