En el mundo del espectáculo y el periodismo, hay figuras que logran dejar una marca imborrable en el público. Sergio Lapegüe es sin dudas uno de ellos. Con su calidez, cercanía y años de trayectoria, el conductor se ganó un lugar especial en los hogares argentinos. Por eso, su ausencia repentina de “Lape Club Social”, su programa en América TV, encendió las alarmas entre sus seguidores.
El pasado lunes 21 de abril, Lapegüe no apareció en pantalla como cada mañana, y el motivo fue más serio de lo que muchos imaginaban: el periodista fue internado por una neumonía bilateral que se vio agravada por su condición asmática.
Después de varios días de incertidumbre, la noticia que todos esperaban finalmente llegó: Sergio recibió el alta médica y lo comunicó con un mensaje directo desde su cuenta de Instagram. “Amigos, gracias a todos por los mensajes hermosos, todos con buena energía!! Eso llega al corazón con un flechazo hermoso”, comenzó escribiendo.
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El periodista, visiblemente emocionado, explicó su situación actual: “Les quiero contar que ya estoy de alta haciendo reposo en casa hasta recuperar a mis pulmones de esta neumonía bilateral, potenciada por mi asma. Cuídense. No se crean todo poderosos como yo creí que era… y ante el menor síntoma consulten con nuestros médicos. Ellos son los que saben!! Gracias a todo el personal del Sanatorio Juncal por cuidarme con tanto amor. Parar!! Pronto vuelvo a Lape Club Social”.
El comunicado no solo trajo alivio, sino también una reflexión potente sobre la salud, el autocuidado y el rol fundamental del personal médico. Su esposa, Silvia “Bochi” Todaro, también fue clave para mantener informados a sus seguidores. A través de sus redes, compartió con franqueza: “Falta poquito para que @sergiolapegue vuelva, esta vez una neumonía no agarrada a tiempo lo dejó internado unos días en el mismo sanatorio donde atravesó el COVID”.
En ese mismo mensaje, Bochi recordó con emoción al equipo médico que estuvo al lado de Lapegüe en momentos críticos: “Estar con su neumólogo y todo el mismo equipo que lo contuvo y lo sanó en aquel momento, el kinesiólogo Pablo… todos y cada uno, Delia… la gran Delia, la enfermera que siempre recordamos. Desde aquel momento, poco a poco seguimos con la vida y la rutina de cada día y ellos ahí, curando, sanando, trabajando en salud”.
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Y cerró su mensaje con una frase que dice mucho en pocas palabras: “Sin salud no hay nada. Gracias”. Por su parte, el conductor también se refirió con cariño a Delia, la enfermera que lo acompaña desde su internación por COVID: “Delia, mi salvadora. Me dice que tengo que parar de trabajar. No puedo… No puedo”.
La salud no espera, y esta experiencia dejó a Lapegüe con una lección clara: bajar el ritmo y valorar los pequeños gestos que sanan, desde un mensaje hasta el trabajo incansable de quienes están al servicio de la vida.